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Vacaciones en pareja. ¿Las disfrutas o las sobrevives?

No es una leyenda: en verano se produce un aumento más que considerable de los casos de separaciones y divorcios respecto al resto del año. Lo afirman datos oficiales del Consejo General del Poder Judicial. Y si analizas estos datos año tras año encuentras una pauta que se repite: el aumento de rupturas de pareja se produce cada año y éstas se producen justo al reiniciar el curso.

Más convivencia más divorcios

La conclusión a la que podemos llegar es obvia, entonces.
Todo parece indicar que un mayor tiempo de convivencia es lo que lleva a aumentar el número de divorcios. Y, por lo natural, a no ser que se produzcan confinamientos a causa de pandemias mundiales, que esto daría para otro artículo, el momento del año que más tiempo convivimos con nuestra pareja son las vacaciones de verano.

¿Qué ocurre entonces? ¿Qué es lo que hace florecer los problemas latentes en la pareja? ¿Qué es lo que nos frustra tanto al pasar más tiempo con la persona que supuestamente queremos?

Algunos consejos para consensuar unas vacaciones

Vamos a intentar poner un poco de luz a estos interrogantes. Primero, con algunos consejos para consensuar unas vacaciones con las que los dos miembros de la pareja se sientan cómodos, Y no sólo cómodos, si no felices. Y después, indicando algunas posibles herramientas para que tu relación de pareja sobreviva al verano. Y no sólo sobreviva, si no que se haga más fuerte.

Unas vacaciones para los dos

Escoger el destino de las vacaciones puede ser un primer punto de conflicto. Es imprescindible llegar a un acuerdo. Hablar y hablar hasta que se encuentre un lugar que sea del agrado de ambos. Seguro que existe.

El siguiente punto problemático suele ser el tiempo. De hecho, este suele ser un problema todo el año. Los días tienen 24 horas y queremos hacer muchas cosas.
Cada uno tiene sus aficiones y a veces tendemos a creer que si alguno de los miembros quiere dedicarle tiempo a alguna actividad deportiva significa que le “quita tiempo” a la pareja.
Pero no es así.

Es fundamental respetar las necesidades

Es fundamental respetar las necesidades o gustos de cada uno de los miembros y es muy saludable permitir que cada uno disfrute de sus necesidades. Apostemos por tiempo de calidad por encima de cantidad de tiempo y todo fluirá mejor.

Hay que evitar, no obstante, que desaparezcan los momentos de pareja.

Es muy frecuente que parejas que no están en un buen momento no se enfrenten a sus problemas y se escondan con los grupos de amigos. Para evitar la intimidad, por miedo a las discusiones o quizás al aburrimiento, se planean vacaciones en grupo.
No estamos diciendo que sea una mala idea irse con los amigos; pero hacerlo para evitar estar a solas con la pareja sí que no resulta sano.

¿Y que pasa con las «obligaciones» de familia?

Después de hablar de los amigos, toca hablar de la familia. Es habitual que tengamos la “obligación” de ir a visitar a los padres o a algún pariente. Evidentemente las vacaciones dan pie a ello, sobre todo si estos viven lejos.
A menudo, gestionar las familias de ambos, y sumar esto a la gestión de la propia familia, si es que ya se tienen hijos, suele ser el conflicto más estresante del verano. Hay que buscar un punto medio y priorizarnos. La pareja merece pasar unos días solos y no hay que sentirse culpable por ello.

Sexo en vacaciones, reactivar la relación

Y el sexo. El sexo en vacaciones puede tener el poder de reactivar la relación. Por fin no hay un despertador que nos obligue a saltar de la cama, ni mil obligaciones que nos hagan estar estresados. Es el momento perfecto para dedicarlo a nuestros cuerpos y al placer.

Salir más fuertes del conflicto

Ya que parece ser evidente que pasar más tiempo juntos aumenta las posibilidades de tener más conflictos, hay que aprender a gestionarlos y a crecer con ellos. No nos debemos plantear sobrevivir al verano, debemos querer aprender de estos momentos de convivencia.
Y sólo podremos hacerlo si tenemos claro que las parejas, como las personas, cambian con el tiempo. Las relaciones maduran y evolucionan; sólo habrá un “primer viaje de novios”, pero esto no significa que el resto no puedan ser también increíbles.

Estar bien con uno mismo para estar bien con la pareja

Muchas veces los problemas en la relación aparecen a causa de problemas personales de uno de los miembros. Si uno de los dos no está bien consigo mismo, o tiene algún problema concreto que no está sabiendo gestionar, esto va a afectar a la pareja. Por la simple razón que, cuando uno no se siente bien, todo a su alrededor parece molestarle.

¿Cuál es la solución? Hablar, comunicarse, pedir ayuda. Y apoyar, proteger, hacerle sentir que estás a su lado.
Y esto, en vacaciones, es incluso más fácil. Tenemos más tiempo para cuidarnos. Hagámoslo.

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