El caso de Marina. “Duelo de pareja y acompañamiento con Mindfulness”
Un caso real
Marina y Edu se conocieron hace 15 años, cuando tenían 18 años, es su último año de Instituto.
Empezaron a salir sin plantearse su futuro, pero poco a poco fueron transitando por sus etapas vitales juntos y tuvieron lugar las primeras salidas, los primeros trabajos, viajes.
Les costó encajar con sus respectivas familias y grupos de amigos, pero la ilusión y la pasión de sus primeros años les ayudó a afrontarlo.
Esa ilusión, mezcla de afecto positivo, libertad y respeto, se tornó complicidad con las primeras responsabilidades.
Empezaron a trabajar a los 23 y se fueron a vivir juntos en un piso de alquiler a los 27 años respectivamente.
Aunque su vida sexual había decaído, la sensación de compañerismo seguía intacta.
Poco a poco su comunicación emocional se fue restringiendo y aunque Marina la echaba en falta, tanto sus amigas, familia como el propio Edu le transmitían la idea de que “es normal”, las parejas cambian, la pasión disminuye, pero aun así te compensa”.
A los 30 años deciden dejar de tomar anticonceptivos y un año después se quedan embarazados.
Aunque es un bebé buscado a Marina le asaltan dudas sobre si Edu es la persona con la que quiere compartir el resto de su vida.
Considera que, con el paso de los años, Edu se ha vuelto menos cariñoso, más huraño e introvertido. Cada vez pasa más tiempo en el trabajo y el tiempo libre que tiene lo dedica a hacer deporte con amigos o a su familia de origen.
A pesar de sus dudas, deciden casarse y apostar por formar una familia juntos.
“Quizás el bebé nos pueda unir”, piensa ella.
Tras el nacimiento de Berta, su hija, los problemas de pareja aumentan.
Marina no se siente acompañada en los primeros meses de maternidad y tiene la sensación de que Edu evita las responsabilidades parentales, sigue volcando su energía fuera de casa y aunque juega con Berta, no participa en el resto del cuidado de su hija.
Edu argumenta que fue una decisión de Marina.
Dice que, si bien no se negó, tampoco hubiera tenido tanta prisa por ser padre, de no ser por la insistencia de Marina.
A los 33 años, Marina se plantea si está o no enamorada de Edu, y deciden separarse temporalmente.
Proceso de Duelo
Durante esta separación, atraviesan diferentes fases de duelo tras la pérdida de su relación afectiva.
-Negación:
Durante la separación temporal, Marina piensa que esto le puede hacer reaccionar a Edu y que quizás puedan volver a intentarlo con energías renovadas.
Aunque trata de centrarse en el día a día sin Edu, siguen hablando todos los días y escribiéndose mensajes de WhatsApp constantemente.
Marina lo niega, pero tiene miedo a que finalmente Edu también rehaga su vida, no es del todo consciente que lo que busca no es solo que Edu sea la persona de hace 15 años, sino que también anhela ser ella misma, la persona con la energía y las pocas responsabilidades que tenía a los 18 años, ambos objetivos inalcanzables.
-Rabia/ira:
Una vez que deciden divorciarse definitivamente, Marina siente rabia e ira en algunos momentos, es una emoción que viene y va.
Rabia, ira, enfado hacia Edu por no haber luchado más por reconquistarla, hacia ella misma, por haber invertido tanto tiempo en lo que considera en esos momentos un proyecto “fallido”.
Enfado, envidia al ver a otras parejas amigas que han superado crisis de pareja.
Rabia hacia la sociedad, sobre la que tiene la sensación de que te juzga negativamente si no tienes pareja.
-Culpa:
En otras ocasiones, los sentimientos de rabia y envidia se mezclan también con sentimientos de culpa:
“¿Seré yo la responsable de la situación?”, “¿cómo le afectará esto a Berta?”, “¿quizás tendría que haber aguantado?”, “¿si hubiéramos ido a una terapia de pareja puede que lo hubiéramos solucionado?”.
Son preguntas que le atormentan y para las que no tiene respuesta clara.
-Depresión:
Tras estas fases, Marina se ve sumida en un periodo con un estado de ánimo bajo, ya no siente el alivio de los primeros momentos, sino que se siente sin energía y por momentos desubicada a nivel social y familiar.
Al principio trata de cortocircuitar la emoción de tristeza, pero después se da cuenta de que una vez que se permite transitar por esta emoción de tristeza se siente “menos mal”.
-Reinicio:
A los 15 meses de la separación, Marina ha comenzado a disfrutar de las actividades que antes solo hacía para evitar estar sola, como las clases de teatro, el gimnasio o el grupo de senderismo.
Aunque de momento no quiere comenzar una relación estable, está comenzando a sentirse atraída por otros hombres y también deseada.
Es capaz de fijar su foco atencional en su presente e incluso hacia un futuro de esperanza.
Una intervención basada en el Mindfulness
En consulta a menudo nos encontramos con situaciones parecidas a las de Marina y Edu, donde el trabajo principal reside en acompañar esta pérdida o duelo.
Nos hemos dado cuenta con la experiencia de los años, que para trabajar esta fase de duelo es muy útil utilizar el mindfulness para centrar la atención en el momento presente, y así poder transitar cada fase en el “aquí y ahora”, sin juzgar el pasado y sin anticipar un futuro irreal.
Cuando nos proyectamos en el presente actual, y trabajamos desde “el aquí y el ahora”, generalmente el malestar y la ansiedad disminuyen y nos ayuda a transitar mejor este duelo en el vínculo afectivo durante el proceso de pérdida.
¿Cómo lo hacemos?
Sanamos emociones desagradables, como, por ejemplo, la culpa, los “asuntos pendientes”, la rabia, la tristeza de la pérdida…etc.
Una dinámica de mindfulness para trabajar el duelo de pareja consiste en escribir una carta en varios momentos actuales de este proceso de duelo.
Si nos centramos en las emociones actuales nos daremos cuenta de que estas van transformándose y transitando, dependiendo del momento del duelo en el que estamos.
Por ello, podemos pedir en diferentes momentos de este camino que uno de los dos miembros de la pareja escriba una carta al otro.
La carta en sí representa un ritual simbólico, esta puede llegar al otro o no, quemarla, guardarla, romperla,… etc. Lo que uno/a sienta en ese momento en función a su emoción actual.
El objetivo es recolocar al objeto del duelo en una situación que nos permita transitar esas emociones desagradables actuales para afrontar mejor el proceso de sanación.
Algunas ideas que te orientarán…
Algunas preguntas que nos pueden ser de ayuda para escribir estas cartas temporales pueden ser las siguientes:
Cuando ahora pienso en ti siento…
Me gustaría decirte que…
Ahora echo de menos de ti…
Me gustaría que ahora respetases que…
Lo que más me gusta de ti es…
Me gustaría que me dijeras…
Me ayuda cuando me dices…
Esto me recuerda a ti…
Quiero darte las gracias por…
Cuando ahora pienso en ti…
Me arrepiento de…
Sé que estoy o no progresando porque…
Lo que ahora necesito es….
Las prácticas de Mindfulness nos invitan a la observación de los propios pensamientos, sentimientos, sensaciones y entorno, sin juzgarlo ni forzar nada.
Uno/a se deshace de pensamientos innecesarios, regresa a la esencia de lo que es y entra en contacto con la realidad de lo que ocurre en el momento actual.
Aquí tienes otro recurso de gran utilidad
Otra técnica de Mindfulness que me gusta utilizar en terapia se llama “ideas flotantes”.
Es una técnica visual que permite dar un respiro y liberar emociones o pensamientos desagradables en este proceso de duelo afectivo.
Ya que dejar ir es muy importante y liberador en este proceso.
Ideas flotantes
– “Siéntate cómodamente, cierra los ojos e imagínate un río con hojas de colores flotando en la superficie. Tarde o temprano, te vendrá un pensamiento. Cuando esto pase, imagina que lo colocas encima de una hoja y observa como flota… Por ejemplo: un recuerdo de la expareja, una discusión con él/ella, algún pensamiento de nostalgia o asunto pendiente…”.
– “Sigue haciendo lo mismo con cada pensamiento o emoción, ya sea agradable o desagradable. Colócalos sobre las hojas flotantes para que se alejen flotando tranquilamente por el río. Tal como vienen, sin juicio y aceptación, déjalo ir, déjalo sentir y transitar…”.
– “Abre los ojos y respira hondo unas cuantas veces para acabar con la meditación de Mindfulness y siente esa liberación tan sanadora que es el dejar ir para transitar hacia nuestro bienestar…”.
ARTÍCULO DE LA PSICÓLOGA LAURA BETÉS – núm. Colegiada 19943
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Con amor,
Emma Ribas